9 de febrero de 2011

Al Infierno con el Diablo

Esta vez no voy a escribir nada voy a copiar y pegar este articulo del Pelut, que no tiene desperdicio por no estropear este momento nos quedaremos con sus palabras AL INFIERNO CON EL DIABLO (A4/6B) David Palmada ‘Pelut’ y Jordi Servosa, invernal a +24ºC en el Peñón de Ifach David Palmada y Jordi Servosa sustituyeron muy a su pesar la aventura que tenían prevista en el Urriellu por otra ascensión no menos dura en Levante. Firmaron la segunda repetición de Al infierno con el diablo A4/6b, de Roy de Valera y Juan Carlos Merino. David Palmada ‘Pelut’ llevaba un mes trabajando fuera y sin poder colgarse por las paredes, el hábitat natural de este artificiero vocacional. “La motivación y las ganas por colgarme de una pared quemaban en el ambiente”, asegura el escalador catalán, un estado de ánimo compartido por su compañero Jordi Servosa. Así que planificaron una salida interesante al Urriellu, uno de los mejores escenarios posibles para descargar su adrenalina contenida. Sin embargo, las condiciones meteorológicas les jugaron una mala pasada y les impidieron llegar a su ansiado destino: “Dos días en un infierno blanco peleando con una metereología que no nos es nada favorable… este maldito tiempo no nos deja llegar al Urriellu”, cuenta Pelut. Se tuvieron que rendir a la evidencia y, “con las lagrimas en los ojos y resignados a aceptar nuestra suerte, le dimos la vuelta a la tortilla”. Y la tortilla cayó de un lado inesperado, según cuenta el mismo protagonista: “¿No teníamos ganas de una invernal? Pues nos vamos a por una invernal dura donde las haya pero, eso sí, al solete abrasador de Calpe; ¡allí nos espera nuestra aventura invernal!”. Nadie puede discutirles que se trate de una ascensión invernal, pero las condiciones distan mucho de lo que esa palabra viene a decir. Y así lo atestigua la percepción de Pelut: “Tiempo loco… en Sotres, metro y medio de nieve, mientras en el Peñón de Ifach, 24 grados y protección total, la muerte, jajaja”. Una vía olvidada… seguramente a propósito Lo primero, estudiar la guía de la zona para elegir cuidadosamente la línea a escalar: “Después de echarle una ojeada a la guía, el objetivo estaba muy claro, la vía más dura, Al infierno con el diablo, una vía cotada de A4/6b por sus aperturistas, Roy de Valera y Juan Carmelo Merino, dos auténticos genios de esta roca”, explica con naturalidad Pelut. A renglón seguido, señala que “estaba claro que tendríamos que ir a muerte, lo que no sabíamos es que este viaje sería un auténtico viaje al infierno”. Y no lo dice sólo por el calor qie iban a pasar en la pared, sino por la exigente dificultad de una vía 350 metros de recorrido, con 10 largos escalados por primera vez en 1994 y que sólo contaba con una repetición. Una vía, pues, bastante olvidada, que concentra en sus primeros largos los obstáculos más complicados, los dos largos de A4 son los dos primeros. Lo narra así David: “La primera sorpresa nos la encontramos en el primer largo, hipermegaduro, realmente un largo de esos que te ponen los pelos de punta”. Además, otro detalle con el que no contaban: “Al ser una vía abierta en el 94, nos sorprendió que el poco equipamiento que tiene estuviera realmente podrido”, apunta, y añade que “era la muerte, ver esas chapas completamente gastadas y corroídas por el salitre”. Nada de eso son obstáculos reales para Pelut y Servosa que, “más motivados que nunca, entramos a la pared después de fijar el primer largo, lo que nos costó día y medio, jajaja, nos estamos haciendo mayores…”. Conversaciones con el aperturista y para arriba Pelut continúa su crónica de la aventura explicando que “hablé con Roy y se alegró un montón de que fuéramos a probar Al infierno con el diablo; nos dio información de primerísima calidad y nos motivamos aún más cuando realmente vimos por dónde tiraba la vía, que recorre todos los desplomes y cuevas de la parte superior, increíble, un ambientazo brutal y una sensacion de vacío increíbles… y todo eso siempre acompañados por el ‘dulce sonido del cantar de las gaviotas’, acompañado de alguna que otra cagada”. “Pasan los días y con ellos se van sucediendo los largos, hasta que llega el ultimo A3 (L9), uuuuuuaaaaaa, qué alucine, un megadesplome en el que vas enlazando las chorreras que cuelgan y que me hacen sentir cosas que últimamente no sentía: miedo, parálisis, noto como cada movimiento paraliza mis músculos y noto como, una vez colgado, mis manos no dejan de presionar los mosquetones… el olor a adrenalina quemando empieza a ser presente (puta peste). Lentamente van pasando los os y con ello consigo relajarme bastante y gozar del largo; no así mis riñones, que están al punto de la explosión: 4 horas para resolver uno de los últimos problemas de esta megaruta”, cuenta Pelut. A continuación, David Palmada explica como Jordi Servosa, “mi brother, se pelea con uñas y dientes con los largos en libre, duros y expuestos de cojones -es un puto crack-, el último largo de A2+ (L10) con techo desplomado y salida cutre se lo curra él, poniéndome en alerta total: ‘ojo, tío, que esto está que se cae todo’… Uuff, joder, joder, nada, a la mierda, al loro que le meto en libre, y gassss y última reunion, qué pasada”. Tras coronar la vía, todavía les quedaban 4 horas de arrastramiento de petates por los últimos metros, antes de disfrutar de la cena y el vivac en la cumbre, un justo premio después de cuatro días de esfuerzos al límite. A la mañana siguiente, celebraron la ascensión desayunando con Roy Valera en el puerto. Las conclusiones de David Palmada, como siempre, radicales: “Una via durísima, en la que, para nosotros, a todos los largos les puedes dar medio grado más de lo que marcan; una línea superacrobática y espectacular, con la roca típica peñonera y equipamiento vetusto, un aliciente más para una escalada que no nos dejará indiferentes. Como decimos nosotros, ¡esta es una vía que puntúa!”. Desglose de largos: L1 A4; L2 A4; L3 6b; L4 A2; L5 6a+; L6 A1+; L7 A2; L8 A2; L9 A3; L10 A2+.